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Guía completa para identificar un rubí de calidad
Te ayudamos a diferenciar un rubí natural de uno sintético y conoce los aspectos clave que determinan su calidad.
El rubí y el zafiro son dos variedades del mismo mineral, el corindón.
Su nombre proviene del latín ruber, que significa “rojo”
Es una de las gemas más valoradas del mundo y símbolo eterno de pasión, poder y elegancia.
¿Qué es un rubí natural?
Con una dureza de 9 sobre 10 en la escala de Mohs, es una de las gemas más resistentes que existen, solo superada por el diamante. Los rubíes naturales se forman de manera espontánea en la naturaleza durante millones de años, bajo la corteza terrestre y condiciones extremas de presión y temperatura. Los yacimientos más reconocidos se encuentran en Myanmar (Birmania), Sri Lanka, Mozambique y Madagascar, regiones célebres por producir rubíes de extraordinaria belleza y pureza.
Factores clave para identificar un rubí de calidad
1.- Color
El color en los rubíes es el factor más determinante a la hora de establecer su valor y calidad. En gemología, el color se analiza considerando tres aspectos fundamentales: tono, saturación y matiz.
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Tono: El tono describe la claridad u oscuridad del color rojo del rubí. Un tono demasiado claro hace que se vea rosado, mientras que un tono demasiado oscuro puede restarle brillo y vitalidad. El tono ideal es un rojo medio o medio oscuro.
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Saturación: La saturación mide la pureza e intensidad del color. Los rubíes más valiosos presentan una saturación viva, intensa y uniforme, sin matices marrones ni grises. Una alta saturación es lo que da al rubí ese fuego interior tan característico.
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Matiz: El matiz se refiere al color dominante y a los secundarios presentes en la piedra. El color principal debe ser el rojo, aunque puede incluir ligeros matices rosados, anaranjados o violáceos.
Los rubíes más codiciados, especialmente los de Myanmar, exhiben un rojo puro con un toque azulado, conocido como “rojo sangre de pichón”
2.- Pureza y Transparencia
La pureza hace referencia a la cantidad, tipo y visibilidad de inclusiones internas en la gema: pequeñas agujas, cristales, burbujas o fracturas naturales formadas durante su crecimiento.
La transparencia, en cambio, describe cuánta luz atraviesa la piedra y cómo esa luz se dispersa dentro de ella.
Ambos factores están conectados:
Cuantas más inclusiones tenga un rubí y más densas o superficiales sean, menor será su transparencia.
Y cuanto más transparente sea, más “limpia” parecerá su pureza a simple vista.
Lo que se busca en un buen rubí
En la práctica, los rubíes perfectamente limpios y transparentes son extremadamente raros en la naturaleza.
La mayoría presentan pequeñas inclusiones visibles bajo lupa, que no deben considerarse defectos, sino huellas de autenticidad. Un rubí con pocas inclusiones finas y bien distribuidas puede mantener una excelente transparencia y un brillo intenso.
El efecto seda
Algunas inclusiones de rutilo crean un suave velo interno conocido como “efecto seda”, que suaviza el color y otorga un brillo aterciopelado muy valorado en la alta joyería.
Este fenómeno demuestra que cierta presencia de inclusiones puede mejorar la apariencia visual del rubí, siempre que no reduzca su transparencia en exceso.
3.- Corte
Los rubíes naturales suelen presentar formas irregulares, fracturas o zonas de color desiguales, lo que obliga al lapidador a planificar cuidadosamente cada corte para destacar el color más intenso del cristal, ocultar inclusiones o fracturas visibles y optimizar el peso en quilates sin sacrificar brillo. Por ello, el corte de un rubí no busca la simetría perfecta, sino la máxima belleza visual posible.
4.- Peso en quilates
El tamaño de un rubí tiene una influencia directa tanto en su valor como en su impacto visual, pero debe analizarse junto con el color, la pureza y el corte. A diferencia de otras gemas, los rubíes de gran tamaño y buena calidad son excepcionalmente raros, lo que multiplica su precio de forma exponencial. Además, el rubí posee una mayor densidad que muchas otras piedras preciosas, como el zafiro o la esmeralda, por lo que un rubí de igual tamaño aparente pesará más en quilates. Esto significa que su peso no siempre refleja su tamaño visual, y es habitual que un rubí de 1 quilate parezca más pequeño que un diamante del mismo peso. Por ello, los rubíes grandes, transparentes y de color intenso son considerados auténticos tesoros gemológicos, reservados para piezas de alta joyería.
Rubíes Naturales vs. Rubíes Sintéticos
Los rubíes sintéticos se crean en laboratorio y, aunque visualmente pueden recordar a los naturales, presentan diferencias clave. Los métodos modernos de síntesis más comunes son el Verneuil (fusión a la llama), el flux (fundente) y el hidrotermal. Cada uno deja señales características que un gemólogo entrenado puede identificar. Algunas pistas habituales incluyen:
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Un rojo demasiado uniforme, sin variaciones de saturación.
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Muy pocas inclusiones o inclusiones con patrones repetitivos.
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Crecimientos internos demasiado ordenados o lineales.
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Precios sorprendentemente bajos para un color tan intenso.
Existen múltiples técnicas, tratamientos y variaciones en la creación de rubíes sintéticos. Si no lo tienes claro, siempre es recomendable contactar con nosotros para una evaluación profesional.
Inclusiones típicas de los rubíes sintéticos
Existen muchos tipos de rubíes sintéticos y tratamientos desarrollados para imitar la apariencia de los naturales.
Esta guía es un punto de partida para entender sus diferencias de forma clara y visual.
Si necesitas una valoración experta o estás pensando en comprar un rubí natural con todas las garantías, no dudes en contactar con nosotros.